jueves, 29 de octubre de 2015

El rincón cinéfago: Irrational Man


Es ya un clásico escuchar la frase "una película más a la lista de obras menores de Woody Allen", una frase que empieza a cansarme soberanamente.
Si bien es cierto, que no todas las películas de Woody pueden ser obras maestras del cine clásico, contemporáneo y futuro, hay que esforzarse vehementemente para encontrar alguna que sea, en base o en profundidad, una soberana mierda. 

Hace relativamente poco fui a ver su última película, Irrational Man. Después de un agradable y hambriento visionado (tenía hambre, de verdad) salí del cine con la sonrisa que Woody te deja siempre en la cara, aunque esté contando la historia de cómo descuartizarte y venderte como carne de vacuno a algún tipo de multinacional para envasados cárnicos cancerígenos. 
[Posibles spoilers, click para seguir leyendo]

Allen cuenta, de una forma sencilla (sin más hilos que los que el propio profesor de filosofía, en base a su especialidad, puede aportar) cómo el asesinato, en un contexto donde la sociedad brilla por insulsa y se llena de vacío a pasos agigantados, puede suponer un aliciente, un motivo para seguir levantándose por las mañanas y sentir que: 1. Has hecho algo nuevo, o 2. Has hecho justicia, por lo que eres un héroe anónimo y tu existencia ha valido la pena en un mínimo. Para, finalmente, darte con un canto en los dientes y salir del cine creyendo, de nuevo, en las benditas casualidades. La película, además, nos invita a preguntas como: "¿Es la inmoralidad una opción permisible o un arma a la hora de afrontar el vacío absoluto al que nos arrastra la modernidad?" La respuesta: Pregúntaselo a tu profesor de filosofía, y si es en bachiller, pregúntaselo antes de que el PP sustituya la asignatura por religión. Faster. 

Tal vez esta pregunta no sea la correcta si Irrational Man se toma desde un punto de vista en el que el personaje que encarna Joaquin Phoenix asesina sólo por justicia, pero es cierto que otro enfoque que se puede dar a la obra es que asesine por justicia y porque, "así hago algo nuevo con mi vida, ya de paso". 
En fin; Irrational Man es una película con un trasfondo que no sólo se intuye, sino que se palpa a través de un guión superficialmente filosófico (y esto, intencionado también, intuyo), que se burla del espectador y del ridículo de los mismos personajes principales. En definitiva: un guión que requiere y hace uso del ritmo narrativo de la intriga para unas cosas, y la comedia para otras tantas. 


"Ey, te imaginas a los fanses de El corredor del Laberinto diciendo que nuestra peli no cuenta nada?" 


Así fue como me molestó especialmente leer críticas que repetían otra vez la dichosa frase en la que se incluyen las palabras "obra menor" pero en la que no se hace absolutamente ningún análisis del film. Hay estudios sociológicos que reafirman la teoría de Allen (que no es de Allen, podría ser de Bauman, podría ser de Chomsky, Nietzsche, u otros tantos, distintos entre sí, pero con una perspectiva crítica para con la anodinidad contemporánea), cuya tesis, tal vez por compleja, se cuenta (y estoy segura que intencionadamente) de forma sencilla a través de una fábula que, encima, acaba bien. Coño, ¿qué más queréis? ¿Que os toque el clarinete en los créditos, o ver Paranormal Activity? Es cierto, sí, es cierto, que no está al nivel de Match Point, pero, ¿qué mente humana puede escribir un guión como Match Point al año? Es más: ¿Qué persona es capaz de escribir una historia semejante en toda su vida? Irrational Man no es más que otra obra que se le añade al compendio de perspectivas filosóficas del director, que, como la gran mayoría de las veces, analizan el por qué de la existencia, o, con más asiduidad, del por qué seguir existiendo


¡Y la culpa es del capitalismo! ¡DEL CAPITALISMO!
Los personajes femeninos, además, me parecieron más complejos de lo que la rapidez de la película pudo reflejar, y sí es cierto que le habría dado mucha más profundidad a aspectos irónicos como el romanticismo mítico de la profesora entrada en años (Parker Posey) en comparación con el personaje que encarna Emma Stone, cuyo fanatismo la hace enamorarse platónicamente de una persona de quien finalmente sospecha, y se decepciona (al contrario que al personaje de Posey, cuya experiencia y vida anodinas hacen que se pase "pequeñísimos" detalles por el arco del triunfo)... Es esta decepción la que la hace volver con un novio al que no ama, pero que le proporciona la estabilidad necesaria para seguir avanzando dentro de su escala social: Una decisión final que tal vez la sitúe, en unos años, en la misma situación de la que huía su profesora de universidad. En definitiva: Aquí ambos personajes sirven para mostrarnos uno de los círculos viciosos de los que somos víctimas. 

Música, fotografía y ambientación son aspectos que me parecen ya indiscutibles en las obras de este señor, así que no me centraré en ellas. Irrational Man es una buena película dentro del montón de películas que se hacen todos los años, y eso es algo indiscutible. 


Lo mejor: Joaquin Phoenix, su barriga, las hipótesis que analiza. 
Lo peor: La rapidez con la que se cuentan las cosas hace que ciertos aspectos se vean más bien poco. 


Mi nota: 7'5/8 


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