viernes, 29 de mayo de 2015

El rincón roedor: 'Amor líquido', de Zygmunt Bauman.



Hace ya un tiempo leí este libro, del que me quedé con las ganas de escribir. Se trata de 'Amor líquido' de Zygmunt Bauman, sociólogo, filósofo y ensayista polaco nacido en 1925.

Pero, ¿De qué va 'Amor líquido'? Precisamente  ahonda en un tema profundamente preocupante, a mi parecer, y que ha calado en la sociedad para teñirnos de individualismos y egoísmos tan "provechosos" como inútiles. Y digo provechosos porque, ¿Cuál es una de las cuestiones que nos plantea Bauman? Dentro de una sociedad capitalista en la que el qué saco de provecho reluce como ítem principal, única tesis de nuestro comportamiento más o menos imbeciloso por el mundo, la valoración de riesgos y beneficios en el amor es algo que se encuentra a la orden del día. Me explico:
¿Qué me aporta a mí esta persona en comparación con todo lo que tengo que [obligación] esforzarme para aportarle cosas a ella? 
Puede parecer, esta, una pregunta difusa, poco clara, o simplemente, algo que se puede equiparar al amor no-líquido en cualquier caso. Pero no es así, tal y como explica el autor: Mientras está vivo, el amor está siempre al borde de la derrota. Disuelve su pasado a medida que avanza, no deja tras de si trincheras fortificadas a las que podría replegarse para buscar refugio en casos de necesidad. Y no sabe qué le espera ni qué puede depararle el futuro. Nunca adquiere la confianza suficiente para disipar las nubes y apaciguar la ansiedad.

 El amor, esa victoria de los valientes, ya no está preparado para un mundo donde absolutamente todo se puede asegurar. Y conforme va pasando el tiempo, es cierto, la cosa se hace más difícil. Conforme va pasando el tiempo el compromiso se vuelve más grande, más enrevesado, la obligación para con nosotros mismos (éxitos personales) se hacen más grandes, puesto que tenemos la responsabilidad de contribuir al éxito de una empresa en la que estáis tú, y tu socio, un día olvidando la existencia del televisor ante un fogonazo de pasión y al siguiente peleando por el mando. La vie. Sí, es una responsabilidad demasiado aburrida en comparación con dejar esos proyectos a largo plazo (tan complicados en estos tiempos) para "más tarde", aunque sea imposible. Precisamente porque, ahora que nos sentimos jóvenes, cuando la inmediatez mola tanto, nos gusta pensar que ya tendremos tiempo para el esfuerzo, la constancia, y el éxito personal. Nos gusta pensar que tenemos tiempo, sí. Pero no tenemos nada, y encima; nos estamos negando un futuro más elaborado, no sólo en el amor, sino en muchos más aspectos de nuestra vida. El hecho de que aquí hablemos del amor es tan lógico, a mi parecer, si no eres capaz de arriesgarte por amor, no eres capaz de arriesgarte por nada.

En definitiva, para Bauman el amor enferma de la mano del sistema, se convierte en una especie de "consumo mutuo" donde las relaciones económicas se confunden con las personales, donde los vínculos son una hipoteca que, ¡ojo cuidao´!, podría salir muy "cara". El autor justifica esto en base a que el capitalismo se ha expandido a la sociedad, y con él, el individualismo que nos hace confundir una relación fuerte con una amenaza a la autonomía personal. Ahí es cuando las personas nos convertimos en mercancía, un objeto desechable. El amor líquido es básicamente usar a una persona como objeto de usar y tirar con el objetivo de sentirse mejor con uno mismo, sin involucrarse emocionalmente (sin arriesgar, sin apostar, sin invertir), ya que sólo queremos estar con ella hasta que dejemos de sentir esa necesidad.
Y es increíble cómo el libro habla de puntos y toca temas que todos hemos podido ver en algún momento, dentro o fuera de nuestras vidas: Personas adictas a las "mariposas", personas cuya vida llena de objetos y riqueza material les ha vaciado el pecho de esperanzas de futuro con un/a compañero/a. También están las personas que coleccionan a otras, y también, las que buscan desesperadamente una con la que frenar la colección de una vez por todas, mientras otras se deprimen por no haberla empezado. Pero también, todo hay que decirlo, es un canto a aquellas que ven la vida pasar de la mano de otra persona, para aquellas que aún hoy por hoy, invierten y arriesgan, las que tal vez pierdan mucho, pero acaben ganando más. Y las que, en definitiva se aprenden y se ganan en el gran proyecto, a veces tan utópico, según los que viven los besos midiendo el valor de su tiempo. En este caso, ¿quién es el loco y quién es el cuerdo?


"[...] y recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: Doctor, mi hermano está loco, cree que es una gallina.
Y el doctor responde: ¿Pues por qué no le mete en un manicomio? Y el tipo le dice: Lo haría, pero necesito los huevos.
Pues eso más o menos es lo que pienso sobre las relaciones humanas, saben, son totalmente irracionales y locas y absurdas, pero supongo que continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos los huevos."
-Woody Allen (Annie Hall)

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